La obvia fuerza de defensa israelí debe servir para disuadir a los iraníes de futuros ataques.
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Pese a que Israel y sus aliados lograron frustrar en gran parte el ataque lanzado por Irán contra el Estado judío este fin de semana, el régimen iraní continúa suponiendo la principal amenaza para la paz en la región.

Actualmente, la seguridad del pueblo de Israel se vería más favorecida por la resolución y la contención que por la intensificación de los ataques militares.

Los líderes del régimen iraní han intentado retratar su ataque de este sábado como la reacción adecuada a un presunto ataque de Israel que causó la muerte de un alto comandante y varios asesores iraníes en Damasco (Siria) el pasado 1 de abril.

En la operación intervinieron más de 300 aviones no tripulados (drones) y misiles balísticos y de crucero, y por primera vez atacaron a Israel desde su propio territorio.

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La agresión incrementó notablemente el peligro de una guerra en toda la región, si bien Irán confiaba en que el asunto había quedado “cerrado”.

Desde el punto de vista militar, la operación iraní fue un fracaso.

Las fuerzas de Israel y EE.UU., con la colaboración del Reino Unido, Francia, Jordania y quizás algunos de los otros vecinos árabes de Israel, abatieron alrededor del 99% de los misiles y drones, en su mayoría antes de que llegasen al espacio aéreo israelí.

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En vez de fortalecer el aislamiento del país, este ataque puso de manifiesto la solidez de sus alianzas, más allá de la indignación generada por su actuación en la campaña contra Hamás en Gaza.

El Presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró con toda razón un apoyo “acérrimo” en defensa de Israel, aun cuando ejerce presión sobre los gobernantes de ese país para que mejores la situación de los ciudadanos de Gaza.

Como cualquier estado, Israel se reserva el derecho de responder a un ataque directo a su territorio. Pero un ataque de represalia contra Irán convertiría a Israel una vez más en el agresor, poniendo en peligro el apoyo de Europa e incluso de Estados Unidos.

Mientras tanto, la guerra en Gaza está lejos de terminar: los principales líderes de Hamás siguen libres y más de 100 rehenes israelíes en cautiverio. La frontera con el Líbano sigue inestable, lo que impide que miles de israelíes regresen a sus hogares en el norte. Después de meses de combates, el ejército de Israel está al límite.

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La fuerza obvia de las defensas de Israel debería servir como elemento disuasorio contra futuros ataques iraníes. Las acciones encubiertas de Israel han tenido éxito en degradar el programa nuclear de Irán y su red de aliados militantes y podrían usarse nuevamente.

Lo más importante es que la moderación permitiría a Israel y a sus partidarios sacar provecho del momento, entre otras cosas recordando a sus vecinos árabes dónde residen sus verdaderos intereses. Los ataques fallidos subrayan el peligro que Irán representa para ellos y para Israel.

Los avances nucleares de Irán (ahora puede reunir suficiente material fisionable para varias bombas en cuestión de semanas ) amenazan con una carrera armamentista regional. Sus representantes han atacado a las monarquías saudita y del Golfo en el pasado; es poco probable que la distensión que han logrado con Teherán dure. Al frustrar el ataque del fin de semana, Estados Unidos e Israel han demostrado a los líderes árabes lo útiles que pueden ser como socios.

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La administración Biden debería aprovechar esta oportunidad para aislar aún más a Irán dentro y fuera de la región.

Estados Unidos debería trabajar con sus socios del G-7 para volver a centrar la atención mundial en el comportamiento destructivo de Irán, incluido su continuo apoyo a grupos militantes como Hamas, su suministro de aviones no tripulados y misiles a Rusia para su uso contra Ucrania, y su continuo bloqueo de la Organismo Internacional de Enegía Atómica.

Al mismo tiempo, los funcionarios estadounidenses deberían seguir adelante con los esfuerzos para reactivar un acuerdo para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, lo que podría abrir la puerta a una coalición más amplia y unificada para contener a Irán.

La seguridad a largo plazo de Israel requiere relaciones pacíficas con sus vecinos, incluidos los palestinos, junto con la contención de Irán y sus representantes. Se necesita una diplomacia rigurosa y asertiva para lograr esos objetivos y evitar una guerra más amplia.

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Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

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